Realidad Esencial




REALIDAD ESENCIAL




Bienvenidos al blog donde investigaremos sobre la Realidad, sobre lo que realmente somos más allá de las apariencias e ilusiones, sobre la no-dualidad.

Lee las entradas con una mente abierta dejando que los contenidos te "resuenen", lo que no puedas aceptar, déjalo para más adelante. No se trata de creer nada, más bien, se trata de investigar por si mismo lo que nos apuntan los grandes maestros. La experiencia nos confirma que somos un potencial inmenso, infinito de amor, inteligencia y energía (en palabras del maestro Antonio Blay) a actualizar, a llevar a la acción…



Espero te sientas a gusto en este espacio creado con amor.

Juani


jueves, 28 de diciembre de 2023

La conciencia del instante presente

A cada instante se derrama sobre nosotros una vida gozosa, abundante y saludable. 
Cuando «vivimos en el tiempo», la vasija de nuestro ser se vuelve boca abajo.
 Y así, desperdiciamos nuestra experiencia vital intentando conseguir»; 
en lugar de recibir.

La conciencia del instante presente no es una idea o un concepto; es una experiencia. Es una manera de ser que no supone esfuerzo alguno, que es un derecho de nacimiento de cada ser humano de este planeta. Y el entrar en ella ahora es una consecuencia inevitable de nuestra acelerada evolución. Nos invita aquí y ahora a todos los que estemos dispuestos a recibir sus bendiciones. Nos llama a cada uno de nosotros con una voz queda que dice: «¡Detente! No hay lugar adonde ir ni nada que hacer, pero sí que hay todo que ser».

La conciencia del instante presente es un estado del ser en el cual integramos sin ningún esfuerzo la presencia divina con la que estamos, en cada instante en el que estamos para que podamos responder conscientemente a cada experiencia que tenemos. Y, cuando se consigue esto, nuestra respuesta es siempre la misma: gratitud; una corriente de gratitud que nos libera de todas nuestras ilusiones.

Entrar en tal estado puede parecer difícil y complicado cuando estamos viviendo en el tiempo y, sin embargo, no requiere ningún esfuerzo, y es completamente natural, porque la conciencia del instante presente es un derecho de nacimiento del ser humano.

Buscamos encontrar algo que sabíamos que habíamos perdido, para darnos cuenta de que hemos estado buscando algo que, en realidad, ya nos había encontrado a nosotros.

Es en nuestra interacción con lo que nos sucede justo ahora, donde sembramos las semillas de lo que va a suceder más allá de las fronteras de esta experiencia vital.

Al estar Presentes podemos ver que la calidad de las semillas que sembramos en un momento dado, está en función de si optamos por reaccionar o por responder a nuestras experiencias.

Reaccionar ante una experiencia significa que estamos tomando nuestras decisiones basándonos en lo que pensamos que nos sucedió ayer y en lo que pensamos que puede sucedemos mañana.

Sólo respondemos a nuestras experiencias cuando tomamos decisiones basándonos en lo que nos sucede aquí y en este momento. Sólo es posible responder a las experiencias cuando desaprendemos los comportamientos y los sistemas de creencias que nos llevan a reaccionar.

Los dos instrumentos más importantes que tenemos a nuestra disposición como seres conscientes que somos: la atención y la intención.

La atención es el instrumento de nuestro cuerpo mental. La intención es el instrumento de nuestro cuerpo emocional.

Todos hacemos uso de la atención y de la intención para dirigirnos, atravesar y salir automáticamente de todas nuestras experiencias vitales. Por lo general, esto lo hacemos inconscientemente, conviene aprender a hacerlo conscientemente.

Al estar en Presencia, nos distanciarnos de nuestras experiencias y las observamos desde la distancia, y esto nos proporciona la ocasión de darnos cuenta de que no hay nada en nosotros que esté mal, que no estamos fragmentados. Al contrario, nos permite integrar la idea de que es la calidad de las experiencias que estamos teniendo en el “tiempo” lo que necesita recuperar el equilibrio.

De este modo, comenzamos a ver con claridad que existe una diferencia entre quién somos y qué somos, por una parte, y las experiencias que estamos teniendo, por la otra.

Llevar la conciencia a la respiración es el instrumento más accesible y eficaz que tenemos para fijar nuestra atención en el momento presente.

La mayoría de las personas se pasa las horas de vigilia pensando en circunstancias del pasado o bien en acontecimientos que están por venir. Inconscientemente, nuestra mente se entrega casi exclusivamente a esta actividad. Se trata de una adicción y aflicción mental que tiene prisionera a la humanidad en un mundo interior ilusorio, que se refleja externamente en el actual desequilibrio planetario.

Este estado ilusorio e inarmónico por vivir en el tiempo, se produce por no vivir la conciencia del instante presente y, no se es consciente de las consecuencias. Nos resulta imposible controlar consciente y responsablemente la calidad de nuestras experiencias vitales, estar verdaderamente disponible para prestar ayuda a los que nos rodean, o vivenciar nuestra íntima conexión con toda la vida, a menos que hayamos alcanzado cierto nivel de conciencia del instante presente.

Sin la conciencia del instante presente, es imposible ver la conexión que existe entre causa y efecto. Un ser que esté presente no puede causar daño intencionadamente a otras formas de vida, dado que la naturaleza de íntima conexión de la conciencia del instante presente le permite a uno sentir las consecuencias de su propio comportamiento.

Sin embargo, no estamos del todo perdidos dentro de ese ilusorio paradigma basado en el tiempo porque, dentro de cada uno de nosotros, existe un cordón umbilical que nos conecta con el paradigma del instante presente: nuestra respiración.

La respiración es un cordón umbilical porque no existe respiración en el pasado, y no existe respiración en el futuro. Tomando conciencia de la respiración, activamos un instrumento potente y fiable que nos permite retirar conscientemente nuestra atención del pasado y del futuro, y, colocarla automáticamente en el instante presente.

Concentrando nuestra atención y nuestra intención en la respiración, invitamos a un aspecto de nuestra conciencia a permanecer conscientemente anclado en el instante presente. Y este sencillo procedimiento tiene unas profundas consecuencias.

Una de ellas es que, automática y efectivamente, activa un proceso que nos revela a qué nos aferramos consciente e inconscientemente del pasado o adonde nos proyectamos en el futuro. Y esto lo consigue al hacernos conscientes de nuestros recuerdos reprimidos y no integrados, para poder integrarlos, sanarlos.

M. Brown

No hay comentarios:

Publicar un comentario