Realidad Esencial




REALIDAD ESENCIAL




Bienvenidos al blog donde investigaremos sobre la Realidad, sobre lo que realmente somos más allá de las apariencias e ilusiones, sobre la no-dualidad.

Lee las entradas con una mente abierta dejando que los contenidos te "resuenen", lo que no puedas aceptar, déjalo para más adelante. No se trata de creer nada, más bien, se trata de investigar por si mismo lo que nos apuntan los grandes maestros. La experiencia nos confirma que somos un potencial inmenso, infinito de amor, inteligencia y energía (en palabras del maestro Antonio Blay) a actualizar, a llevar a la acción…



Espero te sientas a gusto en este espacio creado con amor.

Juani


domingo, 9 de febrero de 2014

Contemplar



  El Ser está tapado por ilusiones, imágenes, sentimientos y pensamientos de lo que creemos ser, y por esta identificación con lo ilusorio, pensamos que nos falta algo.
  La mente divide la realidad en dos (dualidad): el observador y lo observado. Para que caigan los velos de la ilusión y evidenciar el Ser, hay que contemplar directamente lo que somos. A través de la investigación de lo que anhelamos profundamente, podemos ir al lugar de donde proviene el anhelo, porque ese anhelo es una llamada del Ser y viene de los valores básicos del Ser: verdad, bondad, belleza.

  Si observo el deseo, comprenderé que es un reflejo de algún valor primordial del Ser que me está llamando a ser vivenciado. Los deseos no se terminan de saciar en el mundo de las formas, es conectando con la fuente del deseo, con lo que ya soy, que puedo colmarme.
  Al contemplar una necesidad, un deseo, puedo preguntarme porqué esa necesidad, ese deseo, si ya en el Ser soy completa, y puedo saborear, contemplar directamente en la fuente en cualquier momento. Al contemplar los valores básicos del Ser (amor, belleza, lucidez) vuelvo a darles la fuerza que le había quitado depositándola en otras personas y situaciones externas, y comprendo que todo está en mí y contemplo directamente aquello que me está llamando desde tantos reflejos.

  La verdadera inteligencia es comprender, ampliar la conciencia y llegar a descubrir que no tiene límites. Al comprender surge la acción adecuada, espontánea, creativa y que no surge de lo que alguien me diga que tengo que hacer, sino que surge de mi comprensión, de manera espontánea y se trata del Ser expresándose.
                                                                             Juani   

Voluntad


Vencer el miedo a soltar toda ilusión es un gran trabajo de amor a la verdad que pasa por discernir entre un hecho y una interpretación.
Soltar toda creencia toda ideología todo pasado y ver ahora. Tener la valentía de no agarrarse a nada, ser vida ahora mismo, y entonces la comprensión autentica surge, porque ella misma es vida, no es una elaboración mental que está agarrada por un yo.

El yo interpreta construye y profana constantemente lo sagrado.
El yo adultera psicológicamente la belleza, el amor y la comprensión.
El yo es una locura, coge la potencia de la vida para ir en contra de ella.
El yo esta disfrazado de conocimientos de pasado usándolos para manipular el presente, se cree feliz y es infeliz, la muerte le esta al acecho. 
El yo es un gran embaucador que no respeta al ser humano, construye clases, jerarquías, impone genuflexiones y postraciones.
El yo no tolera la sencillez del presente, él necesita estar agarrado a una historia. Y no quiere soltarla porque es su muerte.

Seamos valientemente el presente sin historia y seremos, veremos y viviremos las cosas tal cual son. Es decir, la verdad de lo que Es.

Seamos valientes para soltar el yo y ser la vida, amando y comprendiendo de verdad, no por recomendación ni para conseguir nada. solo por ser la verdad del ahora mismo.
                                                                                                                                Jordi Barqué


miércoles, 5 de febrero de 2014

"La Liberación del Cuerpo del Dolor". Eckhart Tolle.



 Una pregunta frecuente es: "¿cuánto tiempo se necesita para liberarse del cuerpo del dolor?"

 Eso depende, por supuesto, de la densidad del cuerpo del dolor y del grado o intensidad del estado de Presencia de la persona. Pero la causa del sufrimiento que nos infligimos e infligimos a los demás no es el cuerpo del dolor sino la identificación con él.
 No es el cuerpo del dolor sino la identificación con él la que nos empuja a revivir el pasado una y otra vez y la que nos mantiene en un estado de inconsciencia. Por consiguiente, sería más importante preguntar lo siguiente:
 "¿Cuánto tiempo se necesita para dejar de identificarse con el cuerpo del dolor?"
  Y la respuesta a esa pregunta es que no se necesita tiempo. Cuando se activa el cuerpo del dolor debemos reconocer que lo que sentimos es el cuerpo del dolor interno. Ese reconocimiento es todo lo que se necesita para romper la identificación con el cuerpo del dolor. Y cuando la identificación cesa, comienza la transmutación.
  El hecho de saber impide que la vieja emoción se suba a la cabeza y se apodere no solamente del diálogo interno sino también de nuestros actos y de nuestras interacciones con los demás. Esto significa que el cuerpo del dolor queda imposibilitado para renovarse a través de nosotros. Entonces la emoción permanece en nosotros durante un tiempo y emerge periódicamente.

  Ocasionalmente puede también engañarnos para que nos identifiquemos con ella y no podamos ver la identificación, pero no por mucho tiempo. El hecho de no proyectar las viejas emociones sobre las situaciones implica tener que enfrentarlas directamente en nuestro interior. Si bien puede no ser agradable, no nos matará.   Nuestra Presencia es más que capaz de repelerla. La emoción no es nuestra esencia.

  Cuando sienta su cuerpo del dolor, no caiga en el error de pensar que hay algo malo en usted. Al ego le encanta cuando nos convertimos en problema. El reconocimiento debe ir acompañado de aceptación. Cualquier otra cosa lo debilitará.
 Aceptar implica permitirnos sentir lo que sea que estemos sintiendo en el momento. Es parte de la existencia del Ahora. No podemos discutir con aquello que es. Bueno, sí se puede, pero a costa del sufrimiento.
 Aceptando nos convertimos en lo que somos: vastos y espaciosos. Nos convertimos en el todo que somos, dejamos de ser un fragmento como lo cree el ego y damos paso a nuestra verdadera naturaleza. Y entonces somos uno con la naturaleza de Dios.

Jesús lo enseñó cuando dijo, "por tanto, sean Uno como el Padre que está en el Cielo es Uno".1".' La frase del Nuevo Testamento que dice, "Sean perfectos" es una traducción errada de la frase original en griego que significa "íntegro". Eso quiere decir que no necesitamos convertirnos en uno sino que ya lo somos, con o sin el cuerpo del dolor.

                                                  Eckhart Tolle, Una Nueva Tierra.

domingo, 2 de febrero de 2014

El amor Lúcido



En el estado de lucidez no hay miedo, ni necesidad de asegurar algo, no hay deseos de continuidad, ni temor a perder, no hay exigencia de reciprocidad, porque no hay nada que perder, ni nada que ganar.
  Es una expresión espontánea de lo que siempre ha estado y está ahí, un potencial inmenso, infinito y que se expresa por sí mismo. Nadie puede herir a nadie si está instalado en la verdad.
  El amor lúcido es un estado inocente, una gracia divina, que no se busca mediante esfuerzos o méritos. La lucidez llega como gracia al investigar lo que la lucidez es.

  El amor no es controlar, manipular, vivir con astucia, no es acumular información para dominar a otros, no es envidia, ofensa, comparación no es ignorar nuestra esencia.

  El amor es inocencia, madurez, no envidia, no ofensa, no comparación, no posesión. El amor es completo en sí mismo, no necesita compañía.

  Quien no ha descubierto el amor como estado del ser, lo vive como una exigencia a los demás, como un querer repetir las satisfacciones placenteras, como una demanda de emociones y sentimientos que luego cambian a lo opuesto, quedando un vacío.
  Pero si comienzo a observar para descubrir con lucidez lo que sucede, me doy cuenta de lo que va apareciendo, y veré que se va integrando gracias al amor. Para descubrir este amor, sabremos que no está en el tiempo, para investigarlo hemos de dejar que surja como inspiración, y si estamos lúcidos, si comprendemos el amor como un estado nuevo, sobrevendrá de un modo natural, porque es lo real.
  Ser bueno o malo desde la personalidad es como una comedia vista desde la verdad.
  El amor surge de la comprensión, al no comprender surge la separación.

   El amor no es lo que se suele conocer por amor, no es sentimientos, ni emociones, ni sensaciones que nacen de la separatividad porque uno necesita al otro. En el amor no hay otro. Si me quedo en las sensaciones, emociones agradables, al no tenerlas sobreviene la angustia; pero si me quedo en silencio y miro con sinceridad, estas sensaciones/emociones no tienen el resplandor del amor que intuyo. El amor surge cuando hay libertad.
  El otro no es separado de mi por lo que no tiene sentido tratar de poseerlo.
 
  Como el amor no es nada de lo conocido, lo descubriré sin buscarlo, con una mente inocente, que carece de información. La inocencia es un estado original que no tiene que ver con los años, ni experiencias, ni conocimientos adquiridos, es un estado claro y simple, sincero y en soledad, anterior al pensar.
  Al estar libre para comprender como funciona la interacción humana ya no me hieren, el amor es inocente, no hiere. El amor está ahí con objetos o sin ellos, no necesita del otro. El amor ilumina un objeto, otro o ninguno, sin perder su plenitud.

  En la inocencia se borra el pasado, nada se guarda, nada se repite.

 
    Así como la luz no puede dejar de iluminar, el amor no puede dejar de amar. Si soy amor, no necesitaré buscarlo afuera, lo que sea preciso en la interrelación, la vida se encargará de presentarlo.
  No he de controlar los deseos que surgen cuando vivo limitaciones, pues al controlar, lo que hago es deformar el vivir, más bien comprenderé desde un lugar donde no esté identificado, puedo experimentar con mi cuerpo una sensación agradable sin estar yo atado a ella, sin identificación.

  El milagro es vivir desde el verdadero amor.

  El amor es siempre nuevo, siempre está naciendo. El enamoramiento de dos personas es real y nunca deja de ser un enamoramiento del amor.
  El amor renueva, vitaliza, rejuvenece, y si ese amor produce esto, lo que producirá el enamoramiento total del amor en sí; al comprender todo, abrazamos todo, la pasión nos lleva sin medida fuera de lo racional. Este amor verdadero es el creador de lo nuevo, ajeno a la memoria, deshace las barreras de separación que se levantaron por la incomprensión.

  Comprenderé la vida aprendiendo a ser consciente, expandiéndome gozosa en libertad. 
                                     inspirado en Consuelo Martin