Realidad Esencial




REALIDAD ESENCIAL




Bienvenidos al blog donde investigaremos sobre la Realidad, sobre lo que realmente somos más allá de las apariencias e ilusiones, sobre la no-dualidad.

Lee las entradas con una mente abierta dejando que los contenidos te "resuenen", lo que no puedas aceptar, déjalo para más adelante. No se trata de creer nada, más bien, se trata de investigar por si mismo lo que nos apuntan los grandes maestros. La experiencia nos confirma que somos un potencial inmenso, infinito de amor, inteligencia y energía (en palabras del maestro Antonio Blay) a actualizar, a llevar a la acción…



Espero te sientas a gusto en este espacio creado con amor.

Juani


jueves, 28 de enero de 2016

Ser consciente de Si mismo




Cuando la persona aprende a vivir sintiéndose a sí misma, siendo consciente de sí misma en todo momento, se da cuenta que hay algo en sí misma que es aparte de las cosas que hace o dice, aparte de lo que piensa y de lo que le ocurre por dentro.
 Se da cuenta que él es en todo momento, haga esto o lo otro, haga algo o no haga nada. Esto da a uno una noción directa, una experiencia inmediata de independencia respecto a las cosas que ocurren. Esto, curiosamente, hay pocas personas que lo experimenten espontáneamente.

 Uno suele estar tan estrechamente conectado con su acontecer interior o exterior que en cada momento se cree ser aquello que le ocurre, y por eso si lo que le ocurre es desagradable, la persona se vive a sí misma negativamente, y si lo que le ocurre es agradable, positivamente.
En realidad no debiera ser así.
La persona es siempre algo intrínseco, algo positivo, con total independencia de que le ocurran cosas agradables o desagradables. Es decir, hay que aprender a cultivar esta vivencia más central de yo, cómo espectador, en todo momento. Cultivándola en todo momento se descubre que hay una constante, lo mismo si ocurren cosas agradables como desagradables. Esa constante que hay detrás de las variaciones nos conduce hasta una evidencia nueva, una evidencia interior de independencia respecto a las diversas cosas y circunstancias. Se ve que hay un factor común, una identidad de uno consigo mismo más allá de todos los cambios. Esto es lo que da una sensación de verdadera independencia y de libertad interior. Uno se emancipa. Las cosas ya no le afectan como antes, a pesar de que puede manejarlas mejor que antes, porque al no confundirse con las cosas aprende a valorarlas sin tendenciosidad. De este modo adquiere una visión más correcta de las personas, una valoración más justa de las situaciones y, por lo tanto, su capacidad de juicio y de decisión gana también en calidad.

Al mismo tiempo este vivir conectado con sus cualidades interiores, con las nociones básicas de realidad, de energía, de discernimiento, hace que estas mismas cualidades, que están dentro de un modo potencial, se vayan desarrollando y manifestando con mayor celeridad.
Esto proporciona a la persona una gran fuerza y solidez interior. Su núcleo central, el núcleo del yo-experiencia, se va consolidando de una manera extraordinaria. Esto conduce directamente a ese estado de fortaleza, de estabilidad y de maduración que en el fondo todos están buscando a través de una cosa u otra.
                      

Algunas personas piensan que este vivir centrado en sí mismo puede conducirles a una indiferencia o apatía por todo lo externo.
Confunden la independencia interior con la indiferencia o frialdad. Piensan erróneamente que si no se identifican con lo que ocurre, personas o acontecimientos que rodean su vida, no pueden sentir su impacto.
 Y es que uno sin darse cuenta tiende a interpretar el estado de no identificación con el estado de aislamiento interior en que uno se cierra a la impresión de lo externo y lo mira todo solamente desde fuera; y no es esto.
Cuando uno aprende a estar centrado uno puede abrirse totalmente a1 impacto, a la impresión, y uno tiene mucha mayor sensibilidad que antes, mejor dicho, tiene la misma, pero dispone de ella del todo, cosa que antes no ocurría porque siempre había una actitud de rigidez como autoprotección.
En el momento en que uno se siente seguro, fuerte, ya no tiene necesidad de protegerse, porque no se: siente amenazado, y entonces es cuando puede aceptar lo que venga. Pero si yo no me siento yo en mí mismo y tan sólo me apoyo en unas impresiones, o en unos estados de ánimo, forzosamente he de retener estas impresiones, o buscar otras que sean más positivas y agradables para mí, a fin de sentirme artificialmente más fuerte.

Por eso el lograr esta actitud de atención central, se traduce en una libertad y en un aumento de poder interior. Uno dispone de sí mismo, dispone de su sensibilidad, puede abrirse. No queda impresionado ni por las ideas, ni por las emociones; uno percibe las propias emociones pero las percibe como algo exterior al yo. Sin embargo las vive y las siente del todo; no es un simple mirarlas con un juicio crítico, como hace la persona que está normalmente cerrada, y como se suele hacer siempre y a diario. Se trata de ser yo del todo, sintiendo el yo como centro de este todo. Y entonces que este yo se abra a la experiencia; y esta experiencia no modificará para nada al yo, sino simplemente ensanchará su campo de vivencia, su campo experimental, pero sin hacerle perder en modo alguno esta cohesión, esta axialidad, esta independencia básica que le caracteriza. En consecuencia, uno disfruta mucho más que antes.


Y de la misma manera, uno aprende también a expresarse con más naturalidad, con más libertad que antes, porque antes uno tenía que estar siempre calculando lo que decía y cómo lo decía, si representaba un riesgo para la propia seguridad social, o la idea que los demás se formaban de uno mismo, la opinión, la crítica, etc.
 Pero cuando uno vive centrado, ciertamente toma en cuenta el problema de la crítica, porque es un hecho real, pero no depende interiormente de él y, por lo tanto, puede expresarse con toda la libertad, aunque de hecho utiliza esta libertad justo en la medida que lo juzga prudente en cada situación.

Entonces se produce un modo nuevo de poder vivenciar las cosas y en verdad se disfruta mucho más que antes. Se parece un poco a lo que experimenta un buen actor cuando ha de vivir un papel y este papel lo puede vivir muy conscientemente.
El actor disfruta enormemente al representar aquel papel y al expresar aquellos sentimientos que trata de vivir. Pero en la medida que él se mantiene consciente, él se siente independiente de aquello que expresa, sin dejar por eso de sentirlo. O sea, cuanto más capaz es de sentirlo y al mismo tiempo de mantenerse él mismo centrado, consciente, más aumenta su capacidad de disfrute; juega mejor porque juega más todo él. Y exactamente igual ocurre en la receptividad: uno participa más plenamente en lo que ve.
                                                                                             


                                                           Relajación y Energía - Antonio Blay

lunes, 18 de enero de 2016

Ya Eres


No busques mas afuera lo que ya tienes dentro
Hay el universo dentro de ti
Sólo falta que te des cuenta…
Que retires el velo ilusorio
que hace que te sientas separado….

Plenitud interior,
De donde todo está surgiendo…
Nada que hacer…
Todo sucede por sí mismo….
Se expresa…
Allí no hay separación…
Vacío lleno…
Espaciosidad…
Amor…

Deja de buscar…
Sólo aquiétate en silencio interno
Deja pasar toda esa maraña de pensamientos
que te dicen quién eres, qué eres, como debes ser….
Suelta esa programación…
Despierta!....date cuenta de quien eres….más allá del cuerpo físico…
más allá de la mente pensante….más allá….espacio infinito vivo, vibrante… pura energía, potencialidad……

Despierta hermano!...ahora…no postergues para el “mañana”…
Si te animas, puedes despertar ahora….
Respira…y deja pasar todas las historias de tu mente, observa que queda…….Despierta….
Y aunque el velo te vuelva a nublar, regresa a donde ya eres….
Sólo hace falta un momento, un instante y te das cuenta, estás ahí, en tu Centro, donde siempre has estado…
                                                                                  Juani




domingo, 17 de enero de 2016

La Atención Plena - Mindfulness


Es la esencia de la meditación, la atención plena es prestar atención al momento presente sin juzgar. Esta atención logra que desarrollemos una mayor consciencia, claridad y aceptación de la realidad del momento presente. Nos permite despertar al darnos cuenta que nuestra vida sólo se despliega momento a momento.

  Si en la mayoría de estos momentos, no estamos plenamente presentes, nos perdemos muchas experiencias valiosas que nos dan la posibilidad de crecer y transformarnos. Al no estar presentes en el ahora, en lo que está aconteciendo, nuestros comportamientos, acciones se tornan repetitivas, inconscientes y automáticas, motivadas por temores, miedos profundamente arraigados en nuestro subconsciente. Estos, temores, si no nos ocupamos de ellos, tienden a acentuarse con el tiempo, haciéndonos sentir una sensación de estancamiento y de estar desconectados.

  La atención plena nos da la oportunidad de reunir las energías dispersas, se trata de una manera sencilla pero muy efectiva de ayudarnos a salir de ese estancamiento, conectar con nuestra sabiduría interna y recuperar nuestra vitalidad, la creatividad, haciéndonos responsables de la calidad y de la dirección de nuestra propia vida, de nuestra relación con nosotros mismos, con el trabajo, la familia, y con todo el mundo.

  Y es que en general, no se está consciente del modo de funcionar de la mente, automático y condicionado, la mente constantemente está asaltada por pensamientos del pasado, de lo que ocurrió, y por pensamientos del futuro, imaginación de algo que no llega, que es incierto, y esto ocurre porque sentimos que en el presente nos falta algo, nos sentimos incompletos, en el presente y entonces proyectamos, imaginamos lo que en el futuro nos traerá la felicidad, la plenitud, pero ese futuro nunca llega, no podemos vivir de imaginaciones, sólo tenemos el presente, cuando llegue ese momento futuro, será también presente, sólo podemos vivir en presente, como dice J. Lennon: “La vida es lo que te ocurre cuando estas haciendo otras cosas”, y por esa dinámica de la mente, se nos escapa la única oportunidad de estar en presente, de vivir realmente.

  Mediante la práctica de la atención plena, volvemos a situarnos en el presente, y al aceptar lo que hay, si pretender que sea de otra manera, aparece una plenitud interna, y no necesitamos buscar en un futuro incierto algo que nos de felicidad.

  Cuando practicamos la atención plena, nos abrimos a esta experiencia, sin dejarnos atrapar por lo que nos agrada o nos desagrada, ni por nuestras opiniones y prejuicios de cómo deberían ser las cosas, por nuestras expectativas y proyecciones, se nos abren nuevas posibilidades y nos liberamos de la fuerza del hábito y la inconsciencia, nos tornamos más conscientes, con lo cual podemos responder de una manera que ya no es mecánica, sino con plena consciencia.

  J. Kabat Zinn define a la atención plena como “el arte de vivir de forma consciente”, se trata de una forma simple, práctica de estar más en contacto con la plenitud de nuestro ser por medio de un proceso sistemático de auto-observación, de autoindagación y de acción atenta, que se caracteriza por la amabilidad, la capacidad de apreciar, ser compasivo y por ser una fuente de nutrición, según el propio J.Kabat Zinn, dice que se la podría llamar “corazón pleno”.

  Cuando nuestras acciones no las llevamos de manera consciente, cuando actuamos llevados por impulsos y pensamientos que circulan incesantemente por nuestra mente, tenemos muy poco espacio para experimentar el silencio interno, para simplemente ser, sin estar yendo de un lado a otro, realizando cosas continuamente…quedando atrapados en esa corriente que acaba inundando nuestras vidas conduciéndonos a lugares donde quizá no deseábamos ir o a los que no sabíamos que llegaríamos, viviendo en constante estrés….

  Al meditar, aprendemos a salirnos de esa corriente, podemos compararla con un río y sentarnos en su orilla, y utilizar toda esa energía que desperdiciamos por aquel actuar errático, impulsivo, que nos domina, para que nos sirva de guía.

  Hay que tener en cuenta que la aceptación del momento presente, no quiere decir que hay que resignarse ante lo que está ocurriendo, sólo significa reconocer de forma clara "que lo que está sucediendo, esta sucediendo". La aceptación no nos indica qué hacer. Lo que hagamos a continuación, será lo que elijamos hacer y surgirá de nuestra comprensión del momento presente, aceptación es reconocer profundamente que "esto es lo que hay", lo acepto y luego desde mi discernimiento,mi comprensión del momento presente, decido qué hacer. 
  Si en vez de aceptar, me resisto a la situación, agrego un sufrimiento añadido y pierdo gran cantidad de energía inútilmente, que es lo que se suele hacer inconscientemente cuando la situación nos desagrada o no se ajusta a nuestras expectativas.

  La atención plena, si bien es simple, no es fácil, requiere un adiestramiento, una práctica, un esfuerzo al principio para cultivar esa capacidad de estar en el momento presente.

  Le preguntan a Nisargadatta Maharaj (libro “yo soy eso”):

-¿Cómo puedo solucionar un problema que está completamente por debajo del nivel de mi consciencia?

-Nisargadatta: Siendo tú mismo….observándote durante tu vida cotidiana con un interés despierto, con la intención de comprender más que de juzgar, aceptando plenamente lo que emerja, sea lo que sea, por el mero hecho de que ya está ahí; de este modo, fomentas que lo profundo emerja a la superficie y enriquezca tu vida y tu consciencia con sus energías hasta el momento cautivas.

  Este es el gran trabajo de la consciencia: elimina obstáculos y libera energías por medio de la comprensión de la naturaleza de la vida y la mente. La inteligencia es la puerta de acceso a la libertad y la atención despierta es la madre de la inteligencia.


Pregúntate ahora mismo:

¿Estoy despierto/a? ¿Dónde se encuentra mi mente en este preciso momento?

  Una manera simple de comenzar a practicar la atención plena es por medio de nuestra respiración. Intenta estar atento a la respiración cuando inhalas- cuando el aire entra en tu cuerpo - y estar atento a cuando exhalas-el aire que sale de tu cuerpo-, manteniendo la mente abierta, libre, en este instante, durante sólo esta respiración, suelta en este momento las ideas de querer llegar a alguna parte, o el deseo que suceda algo, deja que los pensamientos se deslicen mirándolos sin aferrarte a ellos, dejándolos pasar, sin pretender que no estén,....regresa de manera simple una y otra vez a la respiración cuando te des cuenta que la mente se ha distraído. Se trata de práctica, práctica, práctica. Luego puedes llevar esa atención a lo que estás haciendo en distintos momentos del día. 
                                                                                                                   Juani