Conversación con Nisargadatta Maharaj
Maharaj: ¿Qué considera usted que no va bien en su mente?
Interlocutor: Es inquieta, codiciosa de lo agradable y temerosa de lo desagradable.
Mah: ¿Qué hay de malo en su búsqueda de lo agradable y en su huida de lo desagradable?
Int: Sin embargo, entre el cuerpo y el sí mismo hay una nube de pensamientos y de sentimientos que no sirven ni al cuerpo ni al sí mismo. Estos pensamientos y sentimientos son inconsistentes, transitorios y desprovistos de significación, mero polvo mental que ciega y sofoca; sin embargo, están ahí, oscureciendo y destruyendo.
Mah: Ciertamente, la memoria de un acontecimiento no puede pasar por el acontecimiento mismo. Tampoco lo puede su anticipación. Hay algo excepcional, único, en el acontecimiento presente, que no tienen el acontecimiento pasado ni el venidero. Hay en él una viveza, una actualidad; destaca como si estuviera iluminado. En lo que acontece ahora hay el «sello de la realidad», que el pasado y futuro no tienen.
Int: ¿Qué es lo que da al presente ese «sello de la realidad»?
Mah: No hay nada peculiar en el acontecimiento presente que lo haga diferente del pasado y del futuro. Por un momento el pasado fue actual y el futuro lo devendrá también.
Int: Pero nosotros tratamos cosas recordadas como si fueran reales.
Mah: Nosotros consideramos los recuerdos, solo cuando irrumpen en el presente. Lo olvidado no cuenta hasta que uno lo recuerda ,lo cual implica traerlo al ahora.
Int: Sí, puedo ver que hay en el ahora algún factor desconocido que da realidad momentánea a la actualidad transitoria.
Mah: Usted no necesita decir que es desconocido, pues usted lo ve en constante operación. Desde que usted nació, ¿ha cambiado alguna vez? Las cosas y los pensamientos han estado cambiando todo el tiempo. Pero la sensación de que lo que es ahora es real no ha cambiado nunca, ni siquiera en sueño.
Int: En el sueño profundo no hay ninguna experiencia de la realidad presente.
Mah: La vacuidad del sueño profundo se debe enteramente a la falta de recuerdos específicos. Pero hay una memoria general de bienestar. Hay una diferencia de sensación cuando decimos «yo estaba profundamente dormido» y «yo estaba ausente».
Int: entre la fuente de la vida y la expresión de la vida (que es el cuerpo), está la mente y sus estados siempre cambiantes. La corriente de los estados mentales es sin fin, sin significación y dolorosa. El dolor es el factor constante. Lo que nosotros llamamos placer es sólo un lapso, un intervalo entre dos estados dolorosos. El deseo y el temor son la trama y la urdimbre del hecho de vivir, y ambos están hechos de dolor. Nuestra pregunta es: ¿puede haber una mente feliz?
Mah: El deseo es el recuerdo del placer, y el temor es el recuerdo del dolor. Ambos hacen a la mente inquieta. Los momentos de placer son meramente lapsos en la corriente del dolor. ¿Cómo puede ser feliz la mente?
Int: Eso es verdad cuando deseamos placer o esperamos dolor. Pero hay momentos de dicha inesperada, imprevista. Dicha pura, no contaminada por el deseo. No buscada, no merecida, dada por Dios.
Mah: Sin embargo, la dicha solo es dicha frente a un trasfondo de dolor.
Int: ¿El dolor es un hecho cósmico, o puramente mental?
Mah: El universo es completo y donde hay completud, donde no falta nada, ¿qué puede dar dolor?
Int: El universo puede ser completo como un todo, pero incompleto en los detalles.
Mah: Una parte del todo vista en relación al todo es también completa. Solo cuando se ve aisladamente deviene deficiente y así un foco de dolor. ¿Qué es lo que lleva al aislamiento?
Int: Las limitaciones de la mente, por supuesto. La mente no puede ver el todo por la parte.
Mah: Muy bien. La mente, por su naturaleza misma, divide y opone. ¿Puede haber alguna otra mente, que una y armonice, que vea el todo en la parte y la parte como totalmente relacionada con el todo?
Int: La otra mente —¿dónde buscarla?
Mah: Yendo más allá de la mente que limita, divide y opone. Poniendo fin al proceso mental tal como nosotros lo conocemos. Cuando éste llega a su fin, nace esa mente.
Int: ¿En esa mente ya no existe el problema de la alegría y de la pena?
Mah: No como nosotros las conocemos, como deseable o repugnante. Deviene más bien una cuestión de amor que busca expresión y que encuentra obstáculos. La mente inclusiva es amor en acción, batallando contra las circunstancias, inicialmente frustrado, finalmente victorioso.
Int: Entre el espíritu y el cuerpo, ¿es el amor el que proporciona el puente?
Mah: ¿Quién más? La mente crea el abismo, el corazón lo cruza.
He recogido este texto en mi blog. con indicación de la fuente, naturalmente. Y sí, en tu blog se siente uno a gusto. ¿Podrías indicarme la revista o el libro dónde apareció esta entrevista?
ResponderEliminarSaludos
Hola Gadmin, gracias por tu visita y comentario. La conversación fue tomada del libro "Yo soy Eso" de Nisargadatta. Un cálido abrazo
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