Una idea equivocada que se suele tener es
que libertad es hacer “lo que a uno le
venga en gana”, pero la libertad no tiene que ver con ello, pues no es algo de
la mente pensante, sino que la libertad tiene que ver con un estado más allá de
la mente, donde podemos sentir el amor y la libertad en toda su pureza. Para
ello, hay que investigar, observar
profundamente nuestras experiencias, nuestras motivaciones, indagar desde dónde brotan las
intuiciones y la comprensión donde todo “encaja”, llegar a la fuente de donde todo está surgiendo.
La mente concreta, con su lógica nos es útil
como lo es un ordenador, es un instrumento con el cual podemos organizar ideas,
manejar datos, comparar, analizar, etc., pero no es para nada creativa, porque
su manera de funcionar es mecánica, automática, reactiva, nace de reglas
impuestas; para alcanzar la comprensión, la libertad, debo trascender el pensamiento y llegar a vivenciar la “no separación”,
conectar con la mente que intuye,
sobrepasando la lógica.
La
libertad es el Ser mismo: yo soy yo mismo la libertad que busco.
No se trata de “acabar” con el pensamiento,
ni descartar los sentimientos, sensaciones biológicas (sentir frío, calor,
placer, dolor, etc.) sino más bien verlos como instrumentos que nos ayudan a
expresar lo que somos. El problema no es que haya pensamientos, emociones, el
problema surge de la identificación
con estos hábitos de pensar y sentir y la
continuidad que les damos en el tiempo, creyendo ser lo que no somos; en
esencia no somos nada de lo que cambia, nada de lo que aparece y desaparece es
real.
Mientras hay relación de una cosa con otra,
no hay libertad, sino dependencia. Por ello hay que investigar y trascender los
opuestos, la dualidad, ya que la libertad verdadera sólo puede vivirse en la
unidad del amor, abriéndose a lo total, a un estado de no separatividad.
En las relaciones de pareja, en general se
habla de amor, cuando lo que se suele vivir es más bien necesidad.
Si
indago y descubro el Amor que “nada necesita”, el amor sin apegos significa que ya he atravesado por la división
y la necesidad de otro, y me habré dado cuenta de la unidad, y allí reside la
Libertad, la Lucidez.
Ser libres es
aprender a Ser.
En la
libertad no hay una entidad que diga “yo experimento la libertad”, en el tiempo
no hay libertad y el yo pertenece al tiempo.
El verdadero aprender y enseñar es siempre un
descubrir.
La
oportunidad máxima para la libertad es el instante presente.
Trascender la necesidad del otro, desde el Amor sin apegos, sin dependencia , que verdad y cuanto sufrimiento nos ahorraríamos
ResponderEliminarsiendo Uno mismo en el Ser somos libres
maravilloso texto, gracias Juani
pues, si Arianna, el apego, la dependencia causa estragos en las relaciones humanas, es hora de ser cada vez mas uno mismo, y vivir desde la Esencia, el Ser.
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