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sábado, 15 de enero de 2022

¿Quién soy yo ?


Cuando nos sentimos existir detrás de las sensaciones, los sentimientos y los pensamientos, no nos hundimos en la inconsciencia. Al contrario, estamos en un estado de extrema vigilancia y, en esta vigilancia somos conscientes de existir.

Esta consciencia de Ser, es la raíz del “Yo”. Esta Consciencia de existir está vacía de todo contenido, ya que todo contenido es una sensación, un sentimiento o un pensamiento. Esta consciencia vacía de todo, esta pura consciencia es nuestra verdadera naturaleza, nuestro ser real, por oposición a nuestra personalidad humana que constituye nuestro ser aparente.

¿Quién soy yo?

“Soy consciencia pura”.

Por un lado, está el yo superficial que está compuesto por el conjunto de sensaciones, sentimientos y pensamientos y, por otro lado, el yo profundo, que es pura Consciencia. El yo superficial oculta al Yo profundo. Es por eso por lo que la gente se identifica con la personalidad humana. Para ellos el “yo” es el yo superficial.

Pensamientos, sentimientos y sensaciones, son percepciones que atraviesan el campo de la Consciencia. Lo que permanece en movimiento perpetuo son las percepciones. Lo que es inmutable es la Consciencia.

En la medida en la que identifiquemos nuestra consciencia de existir, con las percepciones, nos encontraremos encadenados al devenir perpetuo, y por ello mismo, al sufrimiento.

La impermanencia de las percepciones es constante, y las categorías de percepciones que son consideradas como agradables, están ineluctablemente llamadas a ser reemplazadas, un día, por otras percepciones, consideradas desagradables por la personalidad humana. Pero si dejamos de identificar nuestra consciencia de existir con las percepciones, para identificarla con la pura Consciencia vacía de contenido, entonces ninguna pérdida, ninguna ganancia, ningún sufrimiento puede alcanzarnos. Nuestro yo superficial continuará ganando, perdiendo, sufriendo y gozando, pero nuestro Yo profundo permanecer á sereno e inmutable.

Así, al descubrir el Yo profundo, nos emanciparemos de las contingencias temporales. No se trata en absoluto de buscar, de una forma u otra, la negación, la aniquilación, la mortificación o el olvido de la personalidad humana. Es preciso tomar consciencia de lo que se encuentra detrás. Esta toma de consciencia no presupone ninguna llamada a la voluntad. Basta simplemente con comprender por medio de una percepción interior directa, que todos los componentes de la personalidad constituyen nuestro yo superficial, impermanente y relativo, mientras que nuestro Ser verdadero se encuentra en otra parte.

Cuando accedemos al Despertar interior, percibimos que nosotros no somos la personalidad humana, sino la pura Consciencia que la habita. Pero esto no debe ser una razón para destruir la armonía que debe existir entre la pura Consciencia y la personalidad humana. Al contrario, esta armonía deberá reforzarse y la personalidad humana se convertirá en un instrumento perfecto de acción, en el mundo material, para la Consciencia inmaterial.



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