Vivir lúcida es aprender a observar y soltar las percepciones de los sentidos, pensamientos, imágenes, palabras, soltar las creencias, los deseos, los miedos, para conectar con el silencio interior, con el "darme cuenta" del funcionamiento de la mente.
Vivir con lucidez es no necesitar que las cosas, personas, situaciones, sean de una manera determinada, o como me gustaría que fueran..., es no esperar un resultado concreto, es hacerme responsable de mi vida sin culpar a los demás, ni a las circunstancias de lo que me sucede.
Estar lúcida es estar consciente de la Verdad, que todo es como es, que la felicidad no me la puede dar ni quitar nada del “exterior”, que no puedo cambiar a nadie y que todo lo que me sucede colabora a mi despertar, a mantener la lucidez, y comprender que las cosas no suceden por azar, que todo tiene un sentido, aunque la mente a veces no lo pueda ver, que todo esta perfectamente diseñado por una inteligencia superior de la cual formo parte.
Vivir con lucidez es liberarme del sufrimiento, comprender que el dolor y el placer forman parte de la vida, pero que el sufrimiento es opcional, el sufrimiento surge de lo que me digo respecto de la situacion dolorosa. Aceptar que en el mundo de las formas todo es dual, la mente es la que crea esa dualidad y la proyecta en el mundo, y que soy mucho más que esa dualidad.
Es aprender a desapegarme y comprender la verdad más allá que las situaciones sean favorables o desfavorables (es la mente la que las etiqueta, en sí mismas, las situaciones son neutras), comprendiendo que en todo funciona un orden superior, la inteligencia de la vida, que es la que actúa a través de todo lo que existe.
Mediante la lucidez comprendo que soy libertad, amor, paz, alegría, plenitud, y comprendo que no depende de las condiciones externas...., soy conciencia, el Ser.
La vida es como una película y cada uno de nosotros somos como actores, cada cual interpreta el papel que le corresponde, la inteligencia superior “asigna” los papeles a cada personaje para que desarrolle su argumento, pero sin confundir que solo estamos interpretando un papel, que no somos el personaje, que somos el actor, el ser, que mi identidad está más allá de los sentidos, de las proyecciones, de lo que ocurre en el existir.
Todo lo que me sucede es para Ver, Descubrir y Comprender, todo es adecuado en cada momento, más allá del “bien” y del “mal”, y todo lo que sucede es una invitación a abrirme cada vez más a la lucidez, a esta gran aventura del despertar de la conciencia.
www.centroelim.org
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