Según A. Blay, la autorrealización se puede entender en dos sentidos; el primer sentido es que
la persona llegue a vivirse plenamente, a sentir su vida, su realidad concreta
como ser humano, colmada en una existencia integrada con el mundo que le rodea,
es sentirse vivir plenamente, sentirse ser uno mismo en relación con el mundo.
Esta es la acepción más occidental.
En un sentido más
profundo, autorrealización supone llegar a descubrir, a realizar cual es la
identidad última de cada uno de nosotros, descubrir la identidad.
Identidad significa quién
o qué es lo que realmente somos, no como seres humanos particulares, concretos
(de hecho somos una suma de cosas constantemente cambiantes) sino como
identidad última, lo que hace que en nosotros
surja esa noción de sentirse uno mismo, esa identidad que permanece
idéntica a lo largo de todos los cambios que se suceden en la vida, a lo largo
de todas las circunstancias que puedan ir cruzándose en nuestro camino.
¿Por qué es tan importante descubrir la identidad?
Porque cuando se descubre
la identidad, se soluciona completamente todo lo que es anhelo de la vida, las
demandas que se tienen y se resuelven todos
los problemas que la persona pueda tener, porque la persona realiza la
plenitud mucho más allá de lo que había soñado, y porque es el único modo de
descubrir el sentido del sí mismo, de la existencia y de lo que está más allá
de lo que ahora se entiende por sí mismo y por existencia.
La autorrealización en
su sentido más profundo, es un proceso de liberación del condicionamiento que ha sufrido nuestra mente por
las ideas aceptadas que hay en ella y por los hábitos o automatismos que ha
adquirido. Se trata de trascender,
superar la identificación con nuestra mente condicionada para que se trasluzca la verdad de lo que somos y, así, poder
desarrollarnos en plenitud.
La autorrealización supone llegar a
descubrir cuál es la identidad última que hay en mí y poder desarrollarla dando
lugar a un cambio en la percepción de mi realidad.
Realizarse es descubrir lo que una/o es detrás del
error en que se vive, y si no se descubre el error no se puede vivir la verdad.
La verdad no es algo a adquirir, la verdad es lo
que queda cuando quito el error que he superpuesto.
Antonio Blay.
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