Somos ladrones encantadores
que robamos corazones
y nunca desfallecemos
porque somos los amigos del Uno.
El tiempo de los viejos sermones ha pasado,
nosotros apuntamos directamente al corazón.
Si la mente intenta entrar a hurtadillas
y tomar el mando,
nosotros le echaremos el lazo sin demora.
Convertimos el veneno en medicina
y nuestras penas en bendiciones.
Todo lo que nos era familiar,
a quienes amábamos y a nosotros mismos,
tuvimos que dejarlos atrás.
Bendito sea el poema que viene a través de mí,
pero no de mí,
porque el sonido de mi propia música
ahogaría la canción de amor.
J.Rumi
Gracias por traer los versos de Rumi
ResponderEliminarfeliz noche Juani
Gracias por tu visita
ResponderEliminarUn cálido abrazo