Mientras permanecemos encerrados
dentro de la experiencia aparente de ser individuos separados viviendo una
existencia con la que tenemos que negociar, vivimos en un estado de sueño.
En ese estado de sueño, todo lo que
hacemos es gobernado por la ley de los opuestos, en la que cada acto
supuestamente positivo es equilibrado exacta e igualmente por su opuesto.
Por consiguiente todos nuestros
intentos individuales de hacer que nuestras vidas funcionen, de alcanzar la
perfección o de obtener la liberación personal, son neutralizados.
A través de una profunda reflexión
y comprensión, descubrimos que mientras continuemos en este sueño estamos, en
realidad, viviendo en un círculo. Estamos en una rueda en la que todo se repite
continuamente una y otra vez en diferentes imágenes.
Es la consciencia que se deleita en una
creación que es a la vez constreñida y liberada. Y, a pesar de lo que creamos
sobre nuestra individualidad y libre albedrío, llegamos a ver que nosotros
somos sólo caracteres soñados que reaccionan y responden desde una disposición
de sistemas de creencia históricos y condicionados.
Toda la religión, el arte y la
ciencia clásicos en un mundo que nosotros vemos como progresivo, entran dentro
de los parámetros de este estado perfectamente equilibrado y exactamente
neutral, que sólo sirve para reflejar otra posibilidad. En los términos de la
liberación real, no está aconteciendo nada. Lo que nosotros hemos creado
aparentemente es destruido aparentemente. Y lo que nosotros hemos destruido
aparentemente es recreado aparentemente.
Al movernos desde nuestra
naturaleza original y atemporal a la consciencia identificada, hemos creado
está circunstancia para redescubrir que el sueño que estamos viviendo no tiene
absolutamente ningún otro propósito que nuestro despertar de él. Ese despertar
emerge fuera del sueño, fuera del tiempo, y ésta completamente más allá del
alcance de todo esfuerzo individual, de toda vía, proceso o creencia…
Nadie puede conocer mis experiencias, todo es
único para mi, en el mundo temporal mis experiencias conforman mis creencias, y
estas me hacen experimentar lo que creo, ante esto, la tentación de querer
cambiar la manera de vivir, es grande, pero es un error, lo que soy en
realidad, está más allá de la limitación del tiempo, la experiencia y la
creencia.
Hasta que no redescubro quien soy, ¿qué
existencia estoy intentando crear? ¿qué es lo que necesito realmente?, no
comprendo todavía que hay un principio de amor incondicional, que permanece
oculto, inherente, pero no reconocido, invitando continuamente a recordar lo
que somos realmente, a salir de la rueda de la vida, a comprender que hemos
creado este sueño, y que su único propósito es despertar de él.
Independientemente de lo insignificantes que parezcan nuestras actividades y
expresiones, todo es un reflejo de este principio.
Tony Parsons
Algo para la reflexión
ResponderEliminarcuando entro a tu espacio. no puedo dejar de leer a Sri Nisargadatta Maharaj, me atrapan sus palabras
gracias Juani, feliz dia
Gracias Arianna por tus visitas y lúcidos comentarios! Un abrazo de alma a alma
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