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jueves, 27 de abril de 2023

Sammasati - Descubriendo al Buda


Guarda silencio. Cierra tus ojos. Mira hacia adentro lo más profundamente posible.

Esta es la forma.
Al final del camino, tú eres el buda.


Y el viaje es muy corto: un solo paso.
Solo se necesita total urgencia y absoluta honestidad
para mirar directamente a tu propio ser.
Ahí está el espejo; el espejo es el buda.
Es tu naturaleza eterna.


Más y más profundo, tienes que adentrarte
hasta encontrarte a ti mismo.
No lo dudes. No hay miedo.
Por supuesto que estás solo,
pero esta soledad es una gran y hermosa experiencia.
Y en este camino no encontrarás a nadie excepto a ti mismo.


Relájate y sé un espejo vigilante que refleja todo.
Ni esas cosas tienen ninguna intención de ser reflejadas, ni tú tienes ninguna intención de atrapar sus reflejos.
Solo sé un lago silencioso, reflexionando, y toda la dicha será tuya. Este momento presente se convierte en no-mente, no-tiempo, sólo una pureza, un espacio ilimitado.
Esta es tu libertad.


Y a menos que seas un buda, no eres libre.
No sabes nada de la libertad.
Deja que esta experiencia penetre profundamente
en cada fibra de tu ser.
Empaparse, empaparse.
Cuando regreses, regresa empapado
con la niebla de tu naturaleza de buda.
Y recuerda este espacio, así,
porque tienes que cumplirlo las veinticuatro horas
en todas tus acciones.
Sentado, de pie, caminando, durmiendo,
tienes que seguir siendo un buda.
Entonces toda la existencia se convierte en un éxtasis.


Gautama el Buda no es el único Buda en la historia del mundo; ha habido miles de budas alrededor del mundo, en diferentes partes del mundo. Puede que no se los conozca como budas, pero buda simplemente significa ″el despierto″.
La palabra buda simplemente significa el despierto. No era el nombre de Gautama Buda; su nombre era Gautam Siddharth.
Cuando despertó, aquellos que entendieron su iluminación comenzaron a llamarlo Gautama Buda. Pero la palabra buda, también según Gautama Buda, es simplemente inherente a todo ser humano, y no sólo a todo ser humano, sino a todo ser vivo. Es la cualidad intrínseca de todos. Todo el mundo tiene el derecho de nacimiento de convertirse en un buda.


Cualquier persona despierta, en cualquier parte del mundo, tiene derecho a ser llamada buda. Gautama Buda es solo uno de los millones de budas que han sucedido y que sucederán.
La única cualidad que tiene el buda en el centro del ser es la vigilancia, el atestiguar. Testimoniar es toda la espiritualidad comprimida en una sola palabra. Sé testigo de que no eres el cuerpo, sé testigo de que no eres la mente y sé testigo de que eres sólo un testigo. Sólo un espejo que refleja -sin ningún juicio, sin ninguna apreciación, sin ninguna condenación- un espejo puro. Eso es lo que es el buda.


Ser un buda no es ser budista. Un budista es un seguidor, un buda lo sabe.
En el momento en que conoces tu propia budeidad, has llegado a conocer a todos los budas; la experiencia es la misma.


Osho

viernes, 21 de abril de 2023

La Rendición


 La rendición es la capacidad de hacer conjuntamente con la vida desde un estado de unidad y no de separación, de hacer desde un sí y no desde una negación; es un hacer estando totalmente presente.

Un hacer al servicio del despertar solo puede manifestarse cuando estamos alineados con el ser, es decir presentes y alineados con nosotros mismos y por eso con la vida, de otra manera no es posible.

Desde un estado de rendición, en el hacer fluye una cualidad muy diferente, estamos totalmente presentes, estamos identificados con quienes somos verdaderamente, esto nos ayuda a reconocer con claridad la acción que hay que emprender y que nos permite darle a ésta una atención total, ya que nuestra atención estará enfocada en una sola cosa cada vez, notaremos que esta forma de hacer no genera ningún estrés.

El estrés es una consecuencia del rechazo a lo que ya es, o se origina cuando proyectamos las cosas hacia el futuro.

Gracias a la rendición, sabremos cuando realizar un cambio porque sabremos reconocer el momento justo y adecuado para realizarlo, la acción ya no vendrá de una reacción compulsiva debido al hecho de no poder decirle si a la situación que estamos viviendo.

Después de rendirnos, podremos ponernos cualquier objetivo, ya que estaremos actuando desde un estado de armonía con la vida y eso implica estar en armonía con nosotros mismos. A partir de aquí el objetivo que emprendamos está en armonía con nuestro propósito de vida.

La rendición es el único estado del cual puede nacer un hacer consciente, un hacer en el que fluye tu estado de presencia, un hacer que no está al servicio del ego, desde este estado, la conciencia fluye en tus pensamientos, fluye en tu hacer y te otorga poder. Es suficiente practicar la rendición para notar que poco a poco la calidad de tu forma de hacer cambia. Reconoces que lo que estás haciendo es lo que corresponde hacer, hay una aceptación activa y la podemos utilizar para nutrir nuestro objetivo primario que es el despertar.

Este reconocimiento y aceptación cambian completamente la manera en la cual nos movemos por la vida, notaras también que tus elecciones se vuelven más acertadas, claras y fáciles, desarrollar el hábito de aceptar lo que es, producirá unos objetivos más prácticos, esenciales y en armonía con la realidad; un buen día descubrirás que el pasado ya no está en tu vida, los viejos comportamientos reactivos han dejado lugar a un proceder inteligente y creativo y la vida se ha vuelto más fácil, y todo este cambio ha ocurrido sin el menor esfuerzo, notaras que ya no te enredas con las pequeñas cosas, ni con las situaciones cotidianas sin importancia. Tu andadura se ha vuelto más firme y segura.

Cuando vivas una situación de impotencia, cuando no haya ninguna posibilidad de actuar, observa, detrás de eso que te está ocurriendo esta la vida intentando enseñarte alguna cosa, entonces, usa esa situación para rendirte más profundamente y al mismo tiempo para estar presente en ti mismo de manera más intensa. Rendirte te lleva a ser quien eres verdaderamente, el ser donde reside la fuerza, el poder y la verdad.

Permitirte vivir lo que es tal como es, cambia la calidad del tiempo y este se transforma en el eterno presente.

E. Tolle