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lunes, 28 de mayo de 2012

YO SOY


  Pensamientos, emociones, percepciones sensoriales y experiencias constituyen el contenido de tu vida. «Mi vida» es de lo que derivas tu sentido del yo; «mi vida» son los contenidos, o al menos eso crees.
  Pasas por alto continuamente el hecho más evidente: tu sentido más interno Yo Soy no tiene nada que ver con lo que ocurre en tu vida, nada que ver con los contenidos. Este sentido del Yo Soy es uno con el Ahora. Siempre permanece igual.
  En la infancia y en la vejez, en la salud o en la enfermedad, en el éxito y el fracaso, el Yo Soy —el espacio del Ahora— permanece inmutable al nivel más profundo.
  Habitualmente se confunde con el contenido, y por eso sólo experimentas el Yo Soy o el Ahora levemente, indirectamente, a través de los contenidos de tu vida. 

  En otras palabras: tu sentido de Ser queda oscurecido por las circunstancias, por la corriente de pensamientos y por todas las cosas de este mundo. El Ahora queda oscurecido por el tiempo.
  Y así olvidas que estás enraizado en el Ser, en tu realidad divina, y te pierdes en el mundo. Confusión, ira, depresión, violencia y conflicto afloran cuando los seres humanos olvidan quiénes son.
  Sin embargo, qué fácil es recordar la verdad y volver a casa.

Yo no soy mis pensamientos, emociones, percepciones sensorias y experiencias.
Yo no soy el contenido de mi vida. Yo soy Vida. Yo soy el espacio en el que ocurren todas las cosas. Yo soy conciencia. Yo soy el Ahora. Yo Soy.

No puedes encontrarte a ti mismo en el pasado o en el futuro. El único lugar donde puedes encontrarte es en el Ahora. 

                                                                                           E. Tolle

jueves, 24 de mayo de 2012

Trascender el pensamiento



  Al investigar nos adentramos en la conciencia trascendiendo el pensamiento, sin suprimirlo, ni controlarlo, sino comprendiéndolo e integrándolo, accedemos a la verdad de manera vivencial.
  Cuando comprendemos, vemos los pensamientos como son, sin identificaciones, sin interpretaciones que pueden ser equivocadas, sin crear ningún estado emocional (temor, tristeza, deseo) porque sabemos que el pensamiento es la repetición del pasado proyectado en el futuro, creando miedo por lo ya vivido o deseo para repetir algo agradable en el futuro. En el presente, el instante es nuevo, fresco, vivo real, en el instante no hay pasado, ni futuro, en el instante está la verdad y ésta es anterior al pensamiento.
  El pensamiento no es creativo, es repetitivo, pero se puede convertir en un vínculo de creación cuando está alineado con la lucidez y así puede dar forma a intuiciones de la verdad que están más allá del pensamiento. Así es como surge la poesía, las obras de arte, también actitudes, palabras y gestos que se expresan desde este estado de lucidez.
 
  La creencia es un pensamiento que tiene la fuerza de la identificación con lo que creo ser y debido a la falta de atención se mantiene en el tiempo, nada tienen que ver con la verdad, que no es temporal, lo real puedo intuirlo y vivirlo en el instante y desde el instante puedo contemplar hacia lo atemporal.
 
   La verdadera libertad no se encuentra en teorías, doctrinas, ideologías, ciencias, sino que pasa por la comprensión del pensamiento.   
El tomar conciencia de lo que crea el pensar, hace que nos liberemos de sus efectos, por lo tanto no resolveremos un conflicto analizando por medio del pensamiento sino, apelando a la lucidez que nos dará la comprensión del pensamiento.
                                                                                                              Juani


miércoles, 23 de mayo de 2012

Regresa

 
«Regresa. Vuelve atrás». Cualquiera que sea el nivel en el que te encuentres, cualquiera que sea el lugar desde el cual piensas o experimentas, vuelve atrás desde ahí, descubre el lugar o el nivel anterior a ese, el previo a ese.
  Nisargadatta Maharaj

lunes, 7 de mayo de 2012

Comprender


  
El mundo en el que vivimos es irreal, es una ilusión, es relativo, interpretado por nuestra mente condicionada con la cual podemos conocer las cosas por medio de los sentidos físicos, que son muy limitados, podemos relacionar datos, comparar, negar, afirmar, guardar información, podemos entender, pero no podemos con ella comprender lo que es la vida. No podemos comprender el porqué nos apegamos, identificamos a nuestras emociones, pensamientos, por qué sufrimos……y es que nuestros instrumentos sensoriales no están capacitados para poder captar la Realidad.

  Para poder comprender la Realidad, debemos estar en otro estado de conciencia, “salirse” de los mecanismos de la mente y retrotraerse hacia el foco luminoso que está creando todo, desde donde surge todo, porque esa luz es comprensión y puedo acceder a ella por medio de la contemplación, surgiendo un estado de lucidez, comprensión profunda, Realidad, que se expresa a través de nuestro psiquismo personal como una plenitud sin causa, una alegría que no depende de nada, “alegría sin objeto”.

  Al comprender por inspiración, despierto del sueño y trasciendo los pensamientos, emociones, la ilusión, comprendo la vida y voy integrando todo lo que sucede en una totalidad luminosa. Soy lo que comprendo.
  Al comprender se disuelven las dudas, temores, miedos, angustias, preocupaciones y aparece la plenitud, la paz, el amor, la alegría. Mi identidad se amplía hasta la totalidad, sin límites, sin apegos, sin dependencias.

  Se pueden considerar tres etapas para este proceso, estas etapas solo existen en nuestra mente, porque esa luz, el Ser, ya lo somos:

** INTUIR lo que somos que es más grande y abarca nuestra personalidad condicionada.

** CONTEMPLAR lo que intuyo que es la Realidad, ese contemplar incluye el Ver eso que está más allá de lo que creo ser yo mismo; si tengo deseos, aspiraciones, ver de dónde surgen; contemplar lo que se me presenta al vivir, de dónde está surgiendo, y al contemplarlo, sentir eso mayor que yo, eso que intuyo que está presente más allá de mi noción actual de mí, ese amor, esa alegría sin causa, esa plenitud y como consecuencia de esto: querer asumirlo.

** ASUMIR  esto que he visto y contemplado, unificarme con lo Real, con lo que soy y funcionar desde ahí, expresarme desde ahí a través de mis instrumentos (psico/cuerpo).

 No se trata de razonamientos, ni de teorías, sino de un estado de contemplación en el que esta zona nueva de la conciencia contempla.

  Yo sólo puedo llegar a vivir lo que soy, cuando lo he visto, contemplado, comprendido y me reconozco y unifico con ello, es un proceso de asimilación interior, sin tener que forzar nada.
                                                                                                                                                                                    Juani


jueves, 3 de mayo de 2012

La llamada del Ser


 El Ser está tapado por ilusiones, imágenes, sentimientos y pensamientos de lo que creemos ser, y por esta identificación con lo ilusorio, pensamos que nos falta algo.
  La mente divide la realidad en dos (dualidad): el observador y lo observado. Para que caigan los velos de la ilusión y evidenciar el Ser, hay que contemplar directamente lo que somos. A través de la investigación de lo que anhelamos profundamente, podemos ir al lugar de donde proviene el anhelo, porque ese anhelo es una llamada del Ser y viene de los valores básicos del Ser: verdad, bondad, belleza.

  Si observo el deseo, comprenderé que es un reflejo de algún valor primordial del Ser que me está llamando a ser vivenciado. Los deseos no se terminan de saciar en el mundo de las formas, es conectando con la fuente del deseo, con lo que ya soy, que puedo colmarme.

  Al contemplar una necesidad, un deseo, puedo preguntarme porqué esa necesidad, ese deseo, si ya en el Ser soy completa, y puedo saborear, contemplar directamente en la fuente en cualquier momento. Al contemplar los valores básicos del Ser (amor, belleza, lucidez) vuelvo a darles la fuerza que le había quitado depositándola en otras personas y situaciones externas, y comprendo que todo está en mí y contemplo directamente aquello que me está llamando desde tantos reflejos.

  La verdadera inteligencia es comprender, ampliar la conciencia y llegar a descubrir que no tiene límites. Al comprender surge la acción adecuada, espontánea, creativa y que no surge de lo que alguien me diga que tengo que hacer, sino que surge de mi comprensión, de manera espontánea y se trata del Ser expresándose.
                                                                                                  Juani